miércoles, 18 de mayo de 2011

Los orígenes del lenguaje y de la escritura.


Evidentemente es muy difícil determinar cuáles han sido los orígenes del leguaje hablado y escrito. Desgraciadamente en los restos que se han encontrado de vida humana de hace millones de años no han aparecido evidencias físicas de tales orígenes. Hay, eso sí, muchos estudios sobre el tema, muchas hipótesis y especulaciones.

Entre las especulaciones sobre este origen del lenguaje hablado podemos citar algunas como las siguientes:

o Origen Divino.

o Origen natural.

o Origen oral-gestual.

Desde el primer punto de vista cabe decir que en todas las religiones se ha citado alguna fuente divina del lenguaje humano. En algún caso, para defender esta tesis, se llegó a aislar al recién nacido con la esperanza de que, evitando el contacto humano, llegara a usar espontáneamente la lengua original dada por Dios.

Los que defienden el origen natural opinan que las primeras palabras pudieron ser imitación de lo ofrecido por la naturaleza. De esta forma si algo volaba y hacía “pío-pío” ese sonido era adoptado para identificar al emisor del mismo. Es la llamada “teoría del guau-guau”. Otra, dentro de la misma línea, postula que los primeros sonidos provienen de gestos de emoción como el dolor, el enfado o la alegría. También la conocida como teoría del “yo-heave-ho” indica que el origen podría ser el sonido que los humanos hacen al realizar un esfuerzo.

El origen oral-gestual explica la conexión entre los gestos físicos y los sonidos. De hecho muchos de nuestros gestos también son una forma de comunicación no verbal, sin embargo resulta más difícil visualizar su aspecto oral.

Pues bien, una de las funciones del lenguaje, la interacción puede servirse de las onomatopeyas o los gritos de origen emocional, así como de los gestos que los podían acompañar.

Pero hay otra función, la transacción, por la que el lenguaje sirve para transmitir informaciones, habilidades, conocimientos. Seguramente muchos de los sonidos de nuestros ancestros cavernícolas eran mensajes de instrucción, información o peligro. Esta función toma cuerpo cuando se transmiten conocimientos de una generación a otra pero está muy limitada en tiempo y espacio si la circunscribimos al habla, dado que ésta es efímera. Por eso cabe pensar que la principal razón para la existencia del lenguaje escrito fue la de conseguir dar permanencia al registro de conocimientos.

Hablando pues del origen del lenguaje escrito, podrían considerarse a las pinturas de las cavernas de hace 20.000 años como sus precursoras. Sin embargo una escritura basada en un alfabeto solo la encontramos hace unos 3.000 años.

Un pequeño detalle de la evolución del lenguaje escrito nos llevaría a conceptos como estos:

Hablaríamos de pictogramas en el caso de algunos dibujos que representaron a una imagen concreta, con una relación convencional entre dibujo e interpretación. Con el tiempo el dibujo tomaría el carácter de símbolo de un sistema de representación de ideas más abstractas, no solo de imágenes sencillas, y entonces hablaríamos de ideogramas.

Ni pictogramas ni ideogramas representaban sonidos de una lengua en particular. Cuando alguno de ellos derivó en su utilización para representar una palabra real de una lengua concreta conseguiría ser un logograma. Si el símbolo utilizado para una entidad se toma como símbolo del sonido de la palabra usada para referirse a ella nos habremos acercado a la escritura jeroglífica. Si esa entidad forma parte de otra, el símbolo de la palabra se convierte en parte de otra mayor que estará representada por varios logogramas. Cada uno de estos puede utilizarse, en una economía de medios, de forma diferente y para dar lugar a diferentes significados. La identificación de sus parecidos nos llevaría a un sistema de sonidos consonánticos simples. Podemos decir que hemos llegado a la escritura silábica cuando el símbolo de una palabra representa la combinación de una consonante y una vocal. (Curiosamente, aunque no hay sistemas silábicos puros, hoy día podría escribirse en japonés moderno con un conjunto de símbolos silábicos simples). La utilización de un sistema silábico de forma plena podemos encontrarla por primera vez en los fenicios hace 3.000 o 4.000 años.

La escritura alfabética nace como evolución de la escritura silábica, y en ella cada símbolo representa un sonido único simple. Esto sucedió en los orígenes de las lenguas semíticas como el árabe o el hebreo. Posteriormente serán los griegos los que incorporen los símbolos vocálicos y su alfabeto revisado pasó al resto de Europa gracias a los romanos. (Otra línea evolutiva de este sistema griego se dirigió al Este de Europa, donde se hablaban las lenguas eslavas, y una nueva versión modificada, el alfabeto cirílico, será la base del sistema de escritura utilizado en las repúblicas soviéticas hoy día).

A pesar de esta evolución y de todos los conceptos mencionados, sigue siendo cierta la idea inicial: los orígenes de algo tan propio y tan identificativo del ser humano siguen siendo un enigma.







Bibliografía utilizada:

EL LENGUAJE, de George Yule.

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